sábado, 19 de octubre de 2013

Peor que acostumbrarse

Cuándo estás sola, es relativamente fácil acostumbrarse a eso, no tienes nada a que compararlo, lo peor es cuándo aparece alguien, al principio simplemente notas su presencia, pero ves que poco a poco esa presencia se está volviendo casi esencial para tí.
Entonces es cuándo te paras a pensar, y sabes que estás en ese punto en el cuál ya no hay marcha atrás, a llegado a tu vida y por mucho que quieras cambiarlo, es demasiado tarde, te estás acostumbrando a esa persona y te entran los miedos. Y te preguntas "Cuándo se vaya, ¿qué será de mí?, ¿Me podré acostumbrar de nuevo a estar sola?"
De ahí mi opinión, una persona se puede acostumbrar a una nueva casa, un nuevo trabajo, un nuevo país.... cosas que, sí, repercuten en tu vida diaria, pero..... Cuándo lo haces a una persona es distinto, digamos que es más inestable y que hay más contras de lo que uno se imagina. Lo peor entonces, es cuándo te tienes que desacostumbrar, porque ya has cogido el hábito de hablarle a todas horas, de confiarle todo de tí hasta que llega el maldito día, tus miedos se están cumpliendo, esa persona se ha ido y probablemente, aunque vuelva, no será lo mismo.
Yo lo defino como una auténtica putada de la cuál muy poca gente, por no decir nadie, está preparada, ya sea por una pérdida natural o porque simplemente se ha alejado de tí.
Ahora, es cuándo entiendo el verdadero significado de: "Hasta tu propia sombra, te abandona en la oscuridad"

No hay comentarios:

Publicar un comentario