La desilusión es un sentimiento que engloba muchos otros a su vez, como el agobio, tristeza, a veces soledad... Y hacen que poco a poco te vayas desmoronando tú mismo.
Soy una persona que va por etapas, y que siempre en cuanto a sentimientos, soy cambiante. Puede ser que sea una mala racha, unas semanas o mes malo, o eso espero.
Pero cuando se te quita la ilusión... La ilusión por estar con alguien, por salir, por reír, por estudiar o en mi caso, aprobar en septiembre, puedes estar realmente jodido. También puede que necesite a alguien que me saque de esto...
Ni yo misma sé como he llegado a sentirme así, claramente, no es la primera (ni desgraciadamente será la última) vez que me pase... Pero es eso, pasa, sin más. Te das cuenta de que nadie te necesita como piensas, sí, tengo a las mejores amigas del mundo, lo he dicho mil veces... Pero es más que eso.
Llego a casa y me siento vacía, tengo que iniciar yo conversaciones si quiero llegar a algo, ves como todo el mundo tiene a su mejor amiga por la que daría todo... Y... ¿Habrá alguien que sienta lo mismo por mí?
Los mensajes de te echo de menos, son escasos, y cuando llegan, son de mi mejor amigo, desgraciadamente a más de mil km de mí.
Tampoco hay mensajes de estos que parecen infinitos ni buenas noches que me arranquen, casi literalmente, una sonrisa. Ni simplemente, sorpresas...
Otra de las sensaciones es... Lo explicaré como un puzzle, mis amig@s, familia y demás, son cada uno, una pieza, y yo otra, y aunque ese puzzle entre todos encajen, siempre hay una esquina a la que no le siguen más, es decir, esa pieza que acaba todo, pero ves como las del medio están rodeadas y tienen a sus propias piezas para encajar. Tal vez yo sea la esquina esa, está ahí como grupo porque la necesitan ahí, pero no individualmente.
Antes era miedo por no ser suficiente, pero ahora, es miedo porque se enteren de que no, no soy suficiente para nadie.
Por eso, muchas veces me aparto, para no molestar, porque aunque se piensan que no lo hago, muchas veces inconscientemente, si se hace.
Simplemente, me despido, con esperanza, ¿de qué? De que llegue algo.