domingo, 19 de julio de 2015

Noches

Cuantas noches de insomnios nos hemos pasado debatiendo pensamientos, sentimientos, o replanteándonos todo lo que hacemos o queremos hacer. Supongo que muchas.
En una de esas noches, me pongo a escribir y pensar, en como llevo todo, en como han cambiado tantísimas cosas sin darme apenas cuenta de ello antes. 
Se cierran ciclos, a veces académicos, y otras más dolorosas como parejas o amistades....
Y me he dado cuenta, de que muchas personas que pensabas que siempre estarían, ya no están. Como pasas a un segundo plano para muchas otras, y como desaparecen "pilares" para ti. Mi madre siempre dijo, que las personas van guiadas por su propio interés tarde o temprano, que un día cuentan contigo, y que al otro ya no les interesa. Qué razón y que poco caso hice. 
Supongo que todos algún en momento, hemos actuado según como más nos convenía, pero hay formas y formas de hacer las cosas. No fallando es la menos usada o eso parece.
No sé cuantas hostias más me deberé de dar para darme cuenta de las cosas son así, que la gente te falla, te hace daño y después pregunta. Que nada es como parece y que si tú no miras por ti mismo, raramente lo hará alguien. 


martes, 3 de marzo de 2015

Sin más.

Y llega un punto, en lo que todo te es indiferente, o eso quieres hacerte creer.
El por qué es muy simple, si algo te es indiferente, no te duele.
No se si es la mejor forma (probablemente es la peor posible) para afrontar las cosas. La decepción se apodera de todo lo que habías construido poco a poco con ciertas personas, el agobio de un curso en el cual, en mi caso, me empeño en intentar sacar lo mejor de mi, para que mis padres se sientan orgullosos, y quedarte ahí, en el intento.
No solo que se sientan orgullosos ellos, sino yo misma, ver como si el "si quiero, puedo" se desvanece según pronuncio esas mismas palabras...
Partirme la cara por personas, que no la darían por mi, es sin duda, mi asignatura favorita, o al menos eso parece, ya que he repetido cuantiosas veces a lo largo de los años... ¿Cuándo aprenderé a mirar primero por mi? ¿A filtrar los sentimientos? ¿A mirar para otra partecuándo no soy yo la afectada?
Como también puedo decir, que lo que más se echa de menos a veces, es un simple qué tal, de la persona que querrías pero que sabes que no lo va a hacer, algo así como esperar lo inesperado.
Ahora mismo, si me hicieran esa pregunta, solo me saldría decir un sin más. 

miércoles, 14 de enero de 2015

Quien sabe

Twitter, Whatsapp, Instagram y rutina. 4 de diciembre, aparentemente un día más, normal, sin ningún cambio. Subo una foto, likes, comentarios y un nuevo seguidor. Cotilleo, le sigo de vuelta, amigos en común, direct... Así empezó todo, una historia de ganas, de muchas ganas. Ganas de conocerle, de verle cada día, de hablarle a todas horas, de darle el primer beso...
Nunca sabes como se te va a plantear el día, ni si ese día te puede plantear tus demás días. Y así fue. Cuando menos te lo esperas aparece una persona, y cambia todo lo que tienes, en mi caso, para algo mejor. Sientes que todo va a mejor, y te gusta esa sensación, la de ese nudo en la garganta de los nervios, ese cosquilleo cuando le besas o simplemente notar la cara de tonta que se me pone al leer una cosa bonita que me diga, la cual vuelvo a leer mil veces más con una sonrisa de oreja a oreja.
Poco a poco, como quien no quiere la cosa, me enganche a tí, confiando cada vez más en que aquel beso el día de tu cumple iba a significar mucho más.
Madrid, mi Ciudad de la cual siempre me he considerado una completa enamorada... La veo más bonita aún, no se si será porque todo se ve mejor cuando estás a mi lado, o porque ahora tengo un pequeño rincón contigo, el parque que hace que tu y yo nos olvidemos por un momento de todo lo demás y que hace que el frío, se vaya con mayor rapidez.
Me declaro adicta a ti, a tus besos, a tus lunares en la espalda, a nuestros enfados y a todo lo que tenga que ver contigo y conmigo, pero con nadie más.
Aunque suene prematuro, gracias por aparecer en mi vida, y como te digo siempre, quien sabe...quien sabe la de cosas que nos quedan por delante.